viernes, 3 de diciembre de 2010

Criminalización primaria, secundaria y estereotipos

Los datos duros en México  hablan de 250 presos por cada 100,000 habitantes, y aunque sea el doble de hace 12 años, es una cantidad insignificante de cara a las alarmantes noticias de inseguridad pública, las cuales tienen visos de realidad. (Bergaman y Azaola, 2007). Los objetivos de esta entrada son a) reconocer la criminalización primaria y la secundaria: b) identificar la selección criminalizante de personas conforme a estereotipos.
La cita de Zaffaroni es tan amplia como necesaria: “Los legisladores proyectan punición en abstracto, lo que se llama criminalización primaria. La criminalización primaria es un proyecto legal tan enorme que en sentido estricto abarcaría a casi toda la población. Es un programa irrealizable que se cumple en muy escasa medida, pues sólo en un pequeño número de casos las agencias ejecutivas seleccionan personas sobre las que ejercen el poder punitivo (esta selección se llama criminalización secundaria). La desproporción entre lo programado por la criminalización primaria y lo realizado por la secundaria es inconmensurable, por lo que esta última tiene un amplísimo espacio de arbitrio selectivo. Este arbitrio no se ejerce al azar ni por la gravedad del delito, sino siguiendo las reglas de todas las burocracias: se hace lo más sencillo y lo que ocasiona menos conflictos. De ello resulta una preferente selección conforme a estereotipos. ” (Zaffaroni, 2009: 22).
El texto trascrito no requiere explicación, pero es difícil de aceptar. Sólo es necesario aclarar el significado usual de dos palabras: “Inconmensurable” y “estereotipo”. Inconmensurable quiere decir <<Enorme, que por su gran magnitud no puede medirse>>.  Estereotipo es una voz que alude a la imagen o idea aceptada comúnmente por un grupo o sociedad con carácter inmutable. Se suele decir con cierto sarcasmo que el estereotipo del delincuente mexicano corresponde a la imagen de un varón, generalmente joven, feo, pobre y naco (indígena). Esta imagen produce gran hilaridad, todos están de acuerdo, pero se niegan a aceptar la susodicha selección. No se puede afirmar que se crea que la ley es pareja y que las agencias ejecutivas (las policías) también lo sean… pero se guarda la ilusión de que así suceda, contra toda evidencia.  Nadie queda satisfecho cuando se le dice que la persona castigada fue seleccionada para el castigo en función del estereotipo: <<Si está allí es que algo hizo>>. Quizá sí, pero “Ni están todos lo que son, ni son todos los que están”, lo notable es que los que están son una minoría insignificante respecto de los que delinquen: si se enjaulara a todos los que delinquen no habría quien cerrara la puerta, afirma la sabiduría popular.
Referencia bibliográfica.
Zaffaroni, Eugenio Raúl. (2009). Estructura básica del derecho penal. Buenos Aires, Argentina: EDIAR.
Página Web.
Bergman, Marcelo y Elena Azaola. (2007). Cárceles en México. Cuadros de una crisis. (Fecha de consulta: 2 de diciembre de 2010)

No hay comentarios:

Publicar un comentario