Mariano Jiménez Huerta en su Derecho Penal Mexicano (Tomo III) escribe algunas palabras sobre la esencia de la libertad (2003b:117 y ss.). Comienza del siguiente modo: “Fácil es sentir la libertad pero difícil es definirla.” Termina apelando a la poesía en una curiosa sintonía del derecho penal con Javier Sicilia y el pueblo unido de México. He aquí sus argumentos:
Calderón de la Barca en La vida es sueño, escrita en el año de 1635, puso bien en relieve en las lamentaciones de Segismundo (Jornada primera, escena primera), la raíz que en el albedrío tiene la libertad: “Nace el pez, que no respira, aborto de ovas y lamas, y apenas bajel de escamas sobre las ondas se mira, cuando a todas partes gira, midiendo la inmensidad de tanta capacidad como le da el centro frío: y yo, con más albedrío, ¿tengo menos libertad? | Miguel Hernández en viriles estrofas dejó esculpido su apasionado sentir: “No puedo aceptar el daño aunque me venga de rey, ni con corazón de buey ni con alma de rebaño . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . No se puede ser paciente ante nadie ni ante nada que nos trate atropellada torcida y villanamente” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . “Si él ampara en su poder sus ambiciones feroces, y no escucha nuestras voces por conducirse a lo avaro, buscaremos nuestro amparo, si es preciso, en nuestras hoces.” |
Y la severa voz de Jorge Guillen interroga y escucha la infame respuesta de nuestra hora ruin: “El vivir sin cadena ¿Ya es delito? La Libertad Ajena Necesito.” |
Bibliografía
Jiménez Huerta, M. (2003b). Derecho Penal Mexicano (Vol. I). México: Editorial Porrúa.
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