miércoles, 2 de febrero de 2011

Homenaje de E.R. Zaffaroni a L. Hulsman

Louk Hulsman 8/03/1923-28/01/2009
"Recuerde el alma dormida,/avive el seso y despierte/contemplando/cómo se pasa la vida,/cómo se viene la muerte/tan callando,/cuán presto se va el placer,/cómo, después de acordado,/da dolor;/cómo, a nuestro parecer/cualquiera tiempo pasado/fue mejor.

Pues si vemos lo presente/cómo en un punto se es ido/y acabado,/si juzgamos sabiamente,/daremos lo no venido/por pasado./No se engañe nadie, no,/pensando que ha de durar/lo que espera,/más que duró lo que vio/porque todo ha de pasar/por tal manera."
(Jorge Manrique, Fragmento de “Coplas por la muerte de su padre”)

¡Nos faltará Louk! Por E. Raúl Zaffaroni  (Fragmentos)
La obra escrita del catedrático emérito de Rótterdam se halla desperdigada en artículos publicados en holandés, inglés, francés, alemán, portugués, italiano y castellano, que sería muy interesante recopilar. El elenco completo de éstos hasta hace seis años, puede verse en el Bulletin de la Société Internationale de Défence Sociale pour une Politique Criminelle Humaniste, Mélanges en l’honneur de Louk Hulsman, 2003, págs. 274-278. Lola Aniyar de Castro encabeza el artículo con que contribuye a ese libro, señalando que se caracterizaba por la unidad de pensamiento, vida y acción, lo que en definitiva constituye la definición de todo maestro.
El trabajo más difundido de Hulsman –y en el que expone de modo más orgánico su pensamiento- es el volumen que publicara con Jacqueline Bernat de Celis : Peines perdues. Le système pénal en question, Le Centurión, París, 1982. Allí se enlazan sus ideas acerca de la distancia entre el delito en el imaginario colectivo y en la realidad de la justicia penal, con la negación de cualquier ontologismo del delito. Lo único que para Hulsman existe en el mundo son situaciones problemáticas, que se definen como delitos a modo de construcción de la realidad social.
El peso de sus planteos racionales se hizo sentir sobre muchos de nosotros. Es incuestionable que en el penalismo y en la criminología de América Latina fue impactante la presencia no sólo intelectual sino también humana de Alessandro Baratta y de Louk Hulsman. En lo personal debo agradecer a la lectura de estos autores y fundamentalmente de Criminologia critica e critica del diritto penale y de Peines perdues. Le système pénal en question, como también a las conversaciones con ellos, que me llevasen a replantear los fundamentos mismos del derecho penal y a intentar -desde En busca de las penas perdidas (1989)- su reconstrucción renunciando a cualquier legitimación del poder punitivo, como forma de revincular la criminología con el derecho penal, lo que a la vuelta de los años verifico que no es más que el intento de bajar el derecho penal de una pretendida lógica normativa pura –que en el fondo no existe- y reinsertarlo en el mundo real (que es el único que existe). 
Los latinoamericanos debemos agradecerle a ambos maestros su preocupación por nuestra región y que la frecuentaran con real interés y afecto.

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