domingo, 26 de mayo de 2013

Líneas de fuerza


¡Mitad bruto, mitad ángel!


Antonio Beristain invoca la autoridad de su maestro José María Rodríguez Devesa, catedrático de Derecho Penal en la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense de Madrid, para exponer tres líneas de fuerza que impulsan su pensamiento penal. Las siguientes son palabras de Beristain: “Mi maestro…repite con frecuencia —de palabra y por escrito— tres coordenadas fundamentales: el Derecho penal tiene que comprender y respetar al delincuente, la sanción es el último recurso, quien impone y quien aplica una pena o una medida debe acercarse (pero sólo acercarse) al santuario de la intimidad personal del sancionado.” (Beristain Ipiña, 1974, pág. 20).

En México, el nada honroso título  “delincuente” se otorga (se debiera otorgar) única y exclusivamente a la persona condenada por un delito. El condenado sufre una sanción que puede consistir en la privación de la libertad o de sus propiedades, posesiones o derechos. Pero, “Nadie podrá ser privado de la libertad o de sus propiedades, posesiones o derechos, sino mediante juicio seguido ante los tribunales previamente establecidos, en el que se cumplan las formalidades esenciales del procedimiento y conforme a las leyes expedidas con anterioridad al hecho” (Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, artículo 14, segundo párrafo).

La comprensión del delincuente exige no perder nunca de vista que éste no es “la encarnación metafísica del mal” sino que se trata de un ser miserable y digno de compasión. En su contexto, este comprender no significa, no puede significar, el encontrar justificada la conducta del otro, ya que si esa conducta estuviera justificada (por legítima defensa, un estado de necesidad justificante o el ejercicio de un derecho), el juez debería haberlo notado y no la hubiese condenado, es decir, la conducta no podría calificarse de antijurídica (contraria a derecho).

En este caso, y de cara al delincuente, comprender al delincuente quiere decir que se tiene idea clara de su naturaleza humana. Agustín Basave Fernández del Valle, en su Filosofía del hombre, la describe con crudeza: “Hay en el mundo un ser, mitad bruto, mitad ángel, que, con perdón de la palabra, es un verdadero monstruo metafísico.” (Basave Fernández del Valle, 1963, pág. 75). Líneas atrás, el mismo autor había escrito sobre la excelencia y la miseria de la persona; y, al hablar de la miseria, afirma lo siguiente:

Consideremos ahora la miseria de la persona. Permanezco y subsisto. ¡Sí!, pero en estado de indigencia, de debilidad, de imperfección. Ninguna persona puede reclamar para sí la verificación de la idea perfecta del ser humano. La idea de persona se realiza en cada hombre, limitadamente. Me conozco como constantemente inacabado, como pobre, como desamparado. Deshago a cada paso lo que había hecho. Siento el peso de la culpa, se opera en mí una reconversión y vuelvo a caer. Cayendo y levantando advierto que estoy aislado y que en mi soledad no me basto (Basave Fernández del Valle, 1963, pág. 67).

Hay quienes rechazan esta comprensión porque estiman que se trata de una especie de conformismo: hizo esto o aquello, porque es un humano. A ellos es necesario acercarles a la idea de compasión. Compadecer es compartir la desgracia ajena, sentirla, dolerse de ella. La voz también significa sentir pena por la desgracia o el sufrimiento ajeno (Expresado de manera coloquial es percatarse de que “cojeamos del mismo pie”). Ciertamente, algunos podrían conformarse o unirse con esa banal explicación, pero no es el pensamiento de Antonio Beristain ni del mexicano Agustín Basave Fernández del Valle. Más adelante habrá que volver sobre esto, pues Beristain en otra obra ilustra y explica esta manera de pensar.


Bibliografía



Basave Fernández del Valle, A. (1963). Filosofía del hombre (Fundamentos de Antroposofía Metafísica). México: ESPASA-CALPE MEXICANA S.A.

Beristain Ipiña, A. (1974). Mediadas Penales en Derecho Contemporáneo. Teoría. Legislación Positiva y Realización Práctica. Madrid: Instituto Editorial Reus S. A.

Beristain, A., & Neuman, E. (2004). Criminología y dignidad humana. Diálogos. Buenos Aires, Editorial Universidad, Argentina.

Beuchot Puente, M. (2009). Hermenéutica analógica y educación multicultural. México: CONACYT, UPN y Plaza y Valdés, S. A. de C. V.

Villoro Toranzo, M. (1999). Introducción al estudio del Derecho. México: Editorial Porrúa S. A.

Zaffaroni, E. R. (2009). Estructura básica del derecho penal. Buenos Aires, Argentina: EDIAR.

Zaffaroni, E. R., Alagia, A., & Slokar, A. (2005). Manual de Derecho Penal, Parte General. Buenos Aires, Argentina: EDIAR.

 
 








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